En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), se están debatiendo formas de regular la proliferación de alquileres temporales, en un contexto donde ya son 18 los países que han establecido normativas para este tipo de arrendamientos. El aumento de los alquileres temporales ha llevado a una disminución en la oferta de alquileres permanentes. Ante esta situación, es importante considerar cómo controlar la expansión de los alquileres temporales en CABA.
En medio de las discusiones sobre modificar la Ley de Alquileres, es crucial abordar el crecimiento de servicios como Airbnb, que operan fuera de la regulación vigente. Esta situación ha afectado la oferta de viviendas para alquileres a largo plazo. El Senado está iniciando debates sobre la regulación de los alquileres temporarios, y es fundamental analizar cómo esto puede tener un impacto en el mercado de alquileres en la ciudad.
En este contexto, es relevante observar las experiencias de otros lugares. Por ejemplo, en Nueva York se ha establecido que los propietarios deben compartir sus viviendas temporales con los huéspedes. En España, el tema de la regulación de alquileres fue central durante las elecciones recientes. En ciudades como París y Berlín se han impuesto límites al número de días que se puede alquilar una propiedad de manera temporal. Portugal ha dejado de otorgar nuevas licencias para alquileres vacacionales similares a Airbnb en áreas urbanas, mientras que en Londres, los anfitriones de Airbnb solo pueden alquilar sus propiedades por un máximo de 90 noches al año. Ciudades como Tokio, California y Sídney también han implementado regulaciones similares.
Estas regulaciones suelen centrarse en la cantidad de días que una propiedad puede ser alquilada de forma temporal y en los requisitos de documentación para el registro de unidades autorizadas para alquileres temporales.
En la Ciudad de Buenos Aires, se ha implementado la Ley 6255 que regula el alquiler temporario turístico desde diciembre de 2019. Sin embargo, su alcance se limita al registro de plazas turísticas, seguridad jurídica para turistas y calidad de estadía, sin tener un impacto significativo en el mercado, ya que solo unas pocas unidades están registradas en comparación con la cantidad de publicaciones activas.
En cuanto al problema habitacional en la Ciudad, es evidente que existe una necesidad de una regulación más sólida en relación con los alquileres temporales. El aumento de la población en villas y la cantidad de personas en situación de calle, combinado con la baja proporción de propietarios en comparación con inquilinos, hace que sea esencial abordar este problema de manera integral.
Hay diferentes perspectivas sobre cómo abordar esta situación. Algunos argumentan que es necesario aplicar regulaciones como la Ley 6255/19, que establece obligaciones para los anfitriones de alquileres temporales, como notificar al consorcio de propietarios y contratar seguros de responsabilidad civil. Otros señalan que se deben alinear incentivos y que la crisis de rentabilidad en el mercado de alquileres tradicionales y temporales debe ser atendida en lugar de implementar regulaciones más estrictas.
En última instancia, es fundamental encontrar un equilibrio entre regular los alquileres temporales para evitar la competencia desleal y proteger la oferta de viviendas a largo plazo, y al mismo tiempo permitir un crecimiento sostenible en el mercado de alquileres temporales que contribuya a la economía local.